Los conductores pueden decidir que acelerar es un curso de acción perfectamente normal por un número de razones. Quizás si están llegando tarde a una cita, o al trabajo, o necesitan ir a buscar a los chicos de la escuela o simplemente si están de mal humor y quieren llegar rápido a casa después de un día difícil. Mientras que acelerar puede parecer una de las violaciones de reglas de tránsito más aceptables, hay incontables peligros y pocos lados positivos para esto.
De hecho, los estudios (enlace en inglés) han demostrado que el exceso de velocidad no les va a ahorrar a los automovilistas nada de tiempo, y que manejar al límite de velocidad legal no va a retrasarles.
Los investigadores pueden hacer un seguimiento de esta información gracias a diferentes tipos de tecnología en vehículos. A menudo, los conductores creen que están tomando un riesgo por acelerar pero que está siendo efectivo porque están llegando a un lugar antes, pero no hay diferencia funcional. En algunos casos, los investigadores mostraron que los conductores que excedían la velocidad máxima permitida se ahorraban menos de un minuto del total de todo su camino.
Desafortunadamente, estos malos hábitos de manejo a menudo fallan en ahorrar tiempo mientras que conllevan directamente a choques en calles en ciudades y autopistas concurridas.
Conducir al Límite de Velocidad Puede Ser Más Rápido
El problema es los embotellamientos de tráfico. Cuando los vehículos manejan a diferentes velocidades, los embotellamientos casi siempre ocurren. Cuanto más rápido los autos rápidos alcanzan a los más lentos que van delante, todo termina deteniéndose. Esto hace acelerar contraproductivo si su objetivo es realmente llegar a algún lugar lo más rápido posible.
Si todos simplemente manejaran a la misma velocidad, eso podría de hecho mejorar el flujo del tránsito.
Esto permitiría, en lugar de lo que pasa con acelerar de más, que los conductores lleguen a sus destinos más rápido. Sin embargo, un conductor que está excediendo la velocidad inevitablemente va a encontrarse con congestión de tráfico, pararse en un semáforo en rojo o encontrar vehículos más lentos delante. Esto en promedio y en conjunto termina enlenteciéndolos a la velocidad a la que se habrían estado moviendo si simplemente hubiesen respetado el límite de velocidad todo el tiempo.
Desafortunadamente, el exceso de velocidad puede conducir a choques serios. Los motoristas que aceleran, manejan imprudentemente o mientras están distraídos no ven intersecciones, peatones o tránsito detenido con la misma facilidad que aquellos conductores que respetan las reglas, y estas colisiones pueden culminar en lesiones devastadoras por las que deben compensar a las víctimas.
En definitiva, exceder el límite de velocidad permitido implica nada para ganar, pero mucho perder.